jueves, noviembre 27, 2008

En Chapala

Otra buena fue cuando regresamos en la noche a la casa de los aleluyos y por fin el wero, que fue el que nos habia invitado, se digno a salir a saludarnos. Venia hasta la madre de pedo, vistiendo un pantalon rosa...digo, durazno. Traia el trasero manchado de sangre, porque "segun el" habia ido a montar a caballo y se habia rosado la colita. A lo cual nos advirtio que !POR FAVOR! no lo fueramos a nalgear. !Como si nosotros acostumbraramos a ponernos pedos y darnos de nalgadas! Por pendejo lo agarramos a nalgadas y desde ahi que parece mandril.